A todos nos ha pasado. Vamos caminando por la calle, sin propósito concreto, sólo paseando y… de repente nuestros pies nos paran como detenidos por una fuerza superior que no podemos contrarrestar por más que lo intentemos. Sin duda es ¡el poder insuperable de un aparador de una tienda de dulces! ¿Cómo actúa? ¡Ni idea! Los amantes del dulce sólo sabemos que es pararnos delante de esos expositores y empezar a soñar despiertos, a paladear imaginariamente esos sabores que los obradores artesanos han diseñado y trabajado por la noche para ofrecernos el mejor de los regalos a la jornada siguiente. Y esas cajas para tartas hermosas, decoradas con todo lujo de detalles o a veces de forma simple y con un lindo cordón de pastelería que se nos antoja el más apetecible de los cordones que desatar…
Más o menos así funciona el poder secreto de las pastelerías. 😉
Y lo mejor es que los dulces no van a estar ahí sólo para observarlos. Te los puedes llevar a casa, puedes hacerlos tuyos… del mismo modo que puedes rizar el rizo y lanzarte a hacer tus propios dulces en casa. No es tan difícil. Sólo tienes que hacerte con un libro de repostería y empezar por lo sencillo hasta que tus manos se conviertan en la mejor de tus herramientas para la cocina. Y no tienes que conformarte únicamente con eso. Porque esa presencia encantadora de los dulces en la pastelería puedes hacerla tuya por muy poco. ¿Cómo? Pues es tan sencillo como visitar tiendas del estilo de SelfPackaging, tiendas online especializadas en la venta de cajas de cartón… ¡pero no cualesquiera ni mucho menos!
Tienen las cajas más bonitas del reino y además tienen diseños especiales en cajas para tartas, cajas para cakepops, cajas para macarons… Vamos, el delirio de los que sentimos pasión por el dulce. Si aún no conoces su galería de productos sólo tienes que seguir el siguiente enlace. Vas a ver como la mente se te ilumina y vas a empezar a mezclar huevos y azúcar ¡como el/la mejor repostero/a! Con tener algo para hacer lucir más esas preciosas cajas para pasteles, todo sirve. Y más si luego, ¡oh, vaya! tienes que degustarlo no sea que se eche a perder… 😛
Fuente: http://selfpackaging.es
